Si bien nada es una apuesta segura, estas estrategias de alimentación prometedoras pueden ayudar a reducir el riesgo de cáncer de mama
Si bien nada es una apuesta segura, estas prometedoras estrategias de alimentación pueden ayudar a reducir el riesgo de cáncer de mama Ver: Cómo seguir la dieta mediterránea
Aproximadamente una de cada ocho mujeres estadounidenses desarrollará cáncer de mama invasivo a lo largo de su vida: se espera que más de 246 000 mujeres (y alrededor de 2600 hombres) sean diagnosticadas con cáncer de mama solo en 2016. Aunque los estudios han identificado compuestos que combaten el cáncer en ciertos alimentos (particularmente frutas y verduras ricas en carotenoides como las zanahorias y los tomates), los expertos creen cada vez más que es el patrón general de la dieta lo que más cuenta. Aquí hay algunas estrategias de alimentación prometedoras para reducir el riesgo de cáncer de mama.
Ir mediterráneo. No solo es bueno para tu corazón. Las mujeres que seguían una dieta mediterránea rica en frutas, verduras, legumbres, frutos secos, pescado y aceite de oliva extra virgen tenían un 68 por ciento menos de probabilidades de desarrollar cáncer de mama que las mujeres que seguían una dieta baja en grasas, según descubrieron investigadores españoles. Investigaciones anteriores han demostrado que la dieta mediterránea está asociada con tasas más bajas de cáncer en general, pero este es el primer estudio que muestra un beneficio para el cáncer de mama específicamente.
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Limite el azúcar. El azúcar añadido no es tan dulce para el riesgo de cáncer de mama, sugiere una investigación preliminar del Centro de Cáncer MD Anderson de la Universidad de Texas. Los ratones que consiguieron más del 12,5 por ciento de sus calorías del azúcar añadida fueron significativamente más propensos que los ratones con una dieta sin azúcar añadida a desarrollar cáncer de mama. (El estadounidense promedio obtiene el 13 por ciento de sus calorías diarias del azúcar agregada). Los investigadores encontraron que las cosas dulces desencadenaban enzimas que provocaban inflamación, lo que se cree que juega un papel en esta enfermedad. Si bien los resultados en las personas no han sido tan dramáticos, la investigación sugiere que el azúcar parece tener un impacto similar en los humanos. Otra ventaja: reducir el azúcar agregada a aproximadamente 24 gramos (o menos del 5 por ciento de sus calorías diarias) por día puede ayudarlo a mantenerse delgado, ya que la obesidad también está asociada con el riesgo de cáncer de mama.
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Cerrar la cocina después de la cena. En un estudio de mujeres ya diagnosticadas con cáncer de mama, aquellas que dedicaron al menos 13 horas entre la cena y el desayuno redujeron el riesgo de recurrencia en un 36 por ciento y tuvieron un mejor control del azúcar en la sangre, según un nuevo estudio de la Universidad de California en San Diego. Los investigadores son optimistas de que sus hallazgos puedan aplicarse a la prevención del cáncer de mama, ya que un nivel alto de azúcar en la sangre puede aumentar el riesgo de padecer la enfermedad.
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